miércoles, 21 de abril de 2010

Adulto mayor frágil


En el proceso de envejecimiento sobrevienen una serie de cambios fisiológicos, a menudo acompañados de una merma en la propia capacidad para solventarlos. Las personas mayores frágiles corren el peligro de perder aquello que más estiman en el ámbito de la salud: su autonomía personal. Por ello es tan importante estar atentos a los signos que nos adviertan de estas situaciones y poder intervenir a tiempo.
La Geriatría es una especialidad que abarca la atención de todas las necesidades sanitarias de la persona mayor cubriendo los siguientes aspectos:

•Preventivos:
promocionando los autos cuidados, desarrollando programas específicos.
•Asistenciales: en la enfermedad aguda, en la enfermedad crónica, en la que incapacita, en los cuidados de larga duración y en la enfermedad terminal.
•Rehabilitadores: con carácter preventivo, en todas las fases de las enfermedades que llevan a la incapacidad.

Durante el proceso de envejecimiento se producen una serie de cambios fisiológicos que conducen a un estado caracterizado por una menor reserva funcional y una disminución de la capacidad de adaptación a dichos cambios: lo que hace que en los adultos mayores, la respuesta del organismo a las alteraciones que supone cualquier enfermedad, sea distinta a la del organismo joven. Por ello, el adulto mayor presenta una serie de características que le hace diferente al paciente adulto, no anciano. Estas características son las siguientes:

•Presentación atípica de enfermedad: Con mucha frecuencia la enfermedad se presenta en el paciente geriátrico de forma atípica, mostrando una serie de características propias a este grupo de edad.
•Pluripatología: Es muy frecuente la coexistencia de múltiples patologías agudas o crónicas en la persona mayor.
•Polifarmacia: En esta población existe una alta prevalencia en el consumo de fármacos concomitante a pluripatologías y a la edad (5 o más fármacos).
•Deterioro funcional y cognitivo: Envejecimiento no es sinónimo de dependencia funcional y mental. Cualquier cambio que aparezca en este sentido en el paciente anciano, debe de ser estudiado y valorado para descartar una enfermedad. La valoración de los cambios funcionales y cognitivos nos van a orientar en la detección del proceso clínico subyacente, su tiempo de evolución y el grado de repercusión en el adulto mayor.
•Problemas sociales: Conforme aumenta la edad, pero sobre todo, conforme aumenta el grado de dependencia, los problemas sociales se acrecientan. Aspectos como la situación económica, la ubicación de la vivienda, la ausencia de familiares y/o amigos, la dificultad física para deambular, etc.

Tipificación de pacientes

•Ancianos sanos: no presentan enfermedad ni alteración funcional, mental o social alguna.
•Ancianos enfermos: presentan alguna afección aguda o crónica pero sin problemas funcionales, mentales o sociales.
•Ancianos frágiles o de alto riesgo: con patologías que tienden a la incapacidad, con deterioro funcional o mental; con problemas sociales: pobreza, soledad, incomunicación o factores demográficos cómo ser mujer y mayor de 80 años.
•Paciente geriátrico: es aquel que cumple tres o más de los siguientes requisitos: tener más de 75 años; padecer una enfermedad aguda o crónica que provoque incapacidad funcional; presentar pluripatologías y problemas psíquicos y/o sociales sobreañadidos.

Identificar a los adultos mayores frágiles es el paso previo para la realización de una valoración posterior más exhaustiva y deberá realizarse tanto en Atención Primaria como en el Hospital: aproximadamente el 30% de los adultos mayores hospitalizados serán clasificados como frágiles, susceptibles de valoración y tratamiento geriátrico específico.


ÁREAS DE LA VALORACIÓN GERIÁTRICA

Evaluación Clínica: El objetivo de la Evaluación Clínica es cualificar y cuantificar las enfermedades sintomáticas, identificar aquellas que sean desconocidas, evaluar cómo afectan a la función, decidir y planificar la intervención terapéutica más adecuada.

Evaluación Funcional: se evalúa la capacidad del adulto mayor para realizar las Actividades de la Vida Diaria (AVD) y su capacidad para relacionarse y participar en la sociedad. Las AVD se dividen en:
•Actividades Básicas
•Actividades Instrumentadas
•Actividades Avanzadas

Evaluación Mental: El objetivo es detectar, diagnosticar y cuantificar los trastornos del área cognoscitiva y del área afectiva que puedan interferir en el autocuidado y en la independencia del adulto mayor.

Evaluación Social: Los datos que interesan para la realizar una valoración social son aquellos que advierten de riesgo social, entendido éste como necesidad de ayuda social a través de los distintos Servicios Sociales de: Ayuntamientos, Comunidades, Entidades Privadas, etc.


Principales actividades preventivas en el adulto mayor


El objetivo principal de los programas de prevención de la enfermedad en los adultos mayores es tratar de mantener y mejorar su calidad de vida, más que el incremento en la esperanza de vida. La mayoría de las actividades preventivas y de promoción de la salud que forman parte de los programas de salud también tienen éxito cuando se aplican a personas adultas mayores.
Para realizar actividades preventivas con adultos mayores son necesarios los siguientes requisitos:

•Interés por las actividades de prevención tanto por parte del profesional como del adulto mayor y de su familia.
•Conocimiento por parte del profesional de las actividades de prevención.
•Contar con un sistema sanitario y social que facilite el cumplimiento de las recomendaciones.
•Comunicación eficaz entre el profesional y el anciano a la hora de establecer un plan de prevención y asegurar su cumplimiento.

Llevar lo que se conoce como unos “hábitos de vida saludables”, constituye sin duda la mejor forma de prevención posible a cualquier edad, incluidas las Personas Mayores.

Los campos de actuación más importantes al respecto son los relativos a la actividad física, la dieta, consumo de tóxicos, los accidentes y las caídas.

Tomado de: Promoción de la salud personas mayores. Gómez Pavón, Javier. Médico especialista en Geriatría

martes, 20 de abril de 2010

ARTROSIS EN LOS ADULTOS MAYORES


Hacer ejercicio en una piscina incrementa la capacidad para caminar en los adultos mayores con artrosis, a pesar de las recomendaciones que actualmente se dan para estos pacientes, según un estudio, se les puede someter a un programa aeróbico de mayor intensidad para mejorar su fuerza muscular y con ello sus articulaciones. Además, la hidroterapia conseguirá aumentar el rendimiento cardiovascular.
La artrosis afecta a uno de cada tres adultos mayores, esta patología es la principal causa de discapacidad en esta población. Una menor fortaleza en la musculatura ha sido claramente asociada con un aumento de sus limitaciones físicas. Según los expertos, no está claro si la atrofia muscular es una causa o un efecto de la artrosis y que no sea simplemente debido a que los pacientes evitan cargar sus articulaciones deterioradas por el dolor que les produce.
Investigadores de la Universidad Flinders, en Australia, han llevado a cabo un estudio con 100 pacientes con artrosis de rodilla o cadera para evaluar el efecto de determinados ejercicios sobre su enfermedad y movilidad. Los participantes fueron asignados a tres grupos: el primero asistió a un gimnasio tres días a la semana durante seis semanas; el segundo realizó su actividad en una piscina y el tercero, sólo fue seguido por los médicos a través de llamadas telefónicas.
Tras el periodo de seguimiento, tanto los pacientes del gimnasio como los de la piscina pudieron caminar más distancia y a mayor velocidad. Por otro lado, los que realizaron ejercicios en el suelo fortalecieron la musculatura de sus muslos (cuádriceps) en ambas piernas, mientras que en los de la hidroterapia sólo se observó esta mejoría en la pierna izquierda.
"Mejorar la capacidad para caminar es importante para mantener la independencia para poder realizar las actividades de la vida diaria. La independencia funcional de los adultos mayores también está asociada con una menor mortalidad y con menos ingresos en hospitales y centros geriátricos", explican los autores del estudio, publicado en 'Annals of the Rheumatic Diseases'.
El aumento de la fortaleza de los músculos que están alrededor de las articulaciones ofrece un aumento para mejorar su estabilidad y ayudar a la preservación del trastorno articular. Otro dato que se observó en el estudio fue que el grupo de la hidroterapia mejoró significativamente su calidad de vida.
Los autores han detectado en este estudio que los pacientes pudieron realizar ejercicios de una intensidad mucho mayor de lo que recomienda la Sociedad Americana de Geriatría sin ningún trastorno secundario. Por este motivo, aconsejan que los adultos mayores lleven a cabo un entrenamiento mayor de lo que hasta ahora hacen para mejorar su discapacidad debido a la artrosis. Además, recomiendan la hidroterapia debido a que esta actividad aumenta la capacidad aeróbica de quienes la practican.

Tomado de Sobre elmundosalud.com

LAS CAIDAS Y FRACTURAS DE CADERA EN EL ADULTO MAYOR


Durante las últimas décadas hemos contemplado como se ha incrementado la población adulta mayor y con ello el envejecimiento de la población mundial; Costa Rica no es la excepción y por tal razón nos obliga a buscar el bienestar físico, mental, social, así como mejorar las condiciones ambientales del adulto mayor. La atención completa de estos pacientes varía según sus propias características y modifica trascendentalmente su abordaje y tratamiento en muchas patologías con respecto al resto de la población. Las caídas y como principal complicación las fracturas son factores importantes en el aumento de la morbi-mortalidad de los ancianos y por ello son objeto de estudio.

Existen diversos estudios en los cuales se demuestra que las caídas en los adultos mayores representan un impacto económico en el sistema de salud, justamente en los Estados Unidos se estima que el gasto que se produce por este concepto oscila los 12.600 millones de dólares al año. Los accidentes irrumpen el séptimo lugar como causa de muerte en adultos mayores y justamente las caídas figuran como la primera causa de accidentes en esta población, sin embargo sólo 3 a 5% de las caídas terminan en fracturas. Las fracturas de la cadera son las más frecuentes debido a la osteoporosis y también a la disminución del ángulo cérvico diafisiaria del fémur la cual se asocia a la edad, todos estos factores perturban la arquitectura ósea y benefician la aparición de fracturas de cadera, además son ampliamente estudiadas por su alta mortalidad y morbilidad en el adulto mayor. Comúnmente las fracturas de cadera se clasifican según su localización anatómica en:
− Acetabulares
− Intracapsulares (Cuello femoral) más frecuente
− Intertrocantéricas
− Subtrocantéricas

En general, el pronóstico, así como la decisión del método terapéutico a emplear dependen del tipo anatómico de la fractura, además, ésta clasificación se correlaciona la incidencia de seudoartrosis y necrosis avascular de la cabeza femoral con el desplazamiento de la fractura, así que a mayor tipo aumenta la incidencia de complicaciones posteriores.

Como se ha mencionado las fracturas de cadera tienen una alta mortalidad ya que se estima que posterior a los seis meses oscila entre el 12 % y el 41%, según los factores de riesgo asociados. Dentro las principales causas de muerte en pacientes con fracturas de cadera tenemos:

• Neumonías
• Desequilibrios hidroelectrolíticos
• Evento cerebrovascular
• Insuficiencia cardiaca
• Tromboembolismo pulmonar
• Hemorragia gastrointestinal
• Y cualquier otra complicación médica del posoperatorio

Las caídas en los adultos mayores es uno de los problemas más frecuentes en nuestro medio, estas han aumentado en forma exponencial asociado al incremento en la población; éste no es solamente un problema con consecuencias físicas, sino también involucra dificultades económicas, psicológicas y mentales. En los ancianos se pueden producir múltiples lesiones dependiendo del mecanismo de trauma y una de las más significativas es la fractura de cadera ya que cambia totalmente su estilo de vida y sus actividades diarias.

Tomado de REVISTA MEDICA DE COSTA RICA Y CENTROAMERICA http://www.binasss.sa.cr/revistas/rmcc/581/art1.pdf

Patologías nutricionales de mayor prevalencia en el adulto mayor

Las patologías más prevalentes y las consideraciones utilizadas en la planificación de prevención son:
Desnutrición: Está ligada a enfermedad, inmovilidad, aislamiento social entre otros.
Las causas se pueden agrupar en factores sociales, físicos y mentales las que pueden influir en una reducción de la ingesta con consecuencia de distintas alteraciones digestivas.
Es importante considerar que los adultos mayores frecuentemente sufren de patologías crónicas, que requieren de medicamentos por períodos por las interacciones droga-nutrientes.
El abuso de alcohol y consumo de cigarrillos, puede afectar la absorción de diversas vitaminas y algunos minerales.
Anemia: En las personas adultas mayores se presentan diversos tipos de anemias crónicas como consecuencia de las enfermedades sistemáticas.

El déficit de hierro es el más común de las afecciones, dando origen a una anemia hipocrómica, la que se debe con mayor frecuencia a pérdidas por hemorragias crónicas o absorción alterada: influye la baja ingesta de hierro, el consumo de dietas altas en carbohidratos o lácteos, más económicos y fácil de masticar.
En los adultos mayores definir el límite normal de la hemoglobina, es un punto controvertido, ya que no está plenamente establecido si existen o no cambios fisiológicos, en la concentración de la hemoglobina con la edad y el déficit de ácido fólico es relativamente común en la vejez, contribuye con ello el aporte dietario deficiente, problemas de mala absorción, mala utilización y otras patologías intercurrentes (Renales, neoplásicas, inflamatorias)
Osteoporosis: Los mecanismos que determinan la osteoporosis no son uniformes y destacan entre ellos; los efectos de la edad, la supresión de estrógenos, la dieta, la disminución en la ingesta de calcio.
El rol etiológico que juega la dieta en esta enfermedad puede la ingesta inadecuada de calcio, fluor, proteínas, vit. A, C, D y un consumo exagerado de fósforo.
La absorción de calcio también disminuye con la edad y paradójicamente el aumentar la cantidad de fibra altera el balance cálcico por la mayor excreción fecal de este mineral. También se ha sugerido la existencia de altas pérdidas urinarias de calcio con dietas hiperprotéicas.
Generalmente el tratamiento no logra detener ni revertir la pérdida ósea, por lo tanto la prevención dietética en la juventud es la medida apropiada.
Constipación: En la vejez la constipación se produce por varias causas, siendo la difteria un factor importante. Dietas bajas en fibras y el bajo consumo de agua determina un tiempo de tránsito prolongado y disminuye la frecuencia de defecaciones; así como también el peso y el volumen de las deposiciones y su contenido de agua.
Obesidad: Se puede originar por un menor gasto en actividad física, disminución del metabolismo basal, un sobre consumo alimentario debido al aislamiento y la soledad y la ingesta de drogas que aumentan el apetito. El ejercicio generalmente disminuye como efecto secundario de otras patologías invalidantes o de la obesidad misma.
Las complicaciones son de varias índoles; se ha identificado una relación causal con el desarrollo de diabetes, hipertensión y cardiopatías hipertensivas, también se relaciona con el desarrollo de hernia abdominal, litiasis biliar, gota, entre otras. Obesidad mórbida es una limitante para que los adultos mayores puedan vivir independientemente.
Enfermedad cardiovascular: La enfermedad de este tipo no es consecuencia inevitable del envejecimiento y aún cuando las causas que la originan son variadas, la dieta juega un papel importante, es frecuente la asociación entre una alta ingesta de grasa y colesterol sérico elevado y mayor incidencia de enfermedad coronaria.
Deshidratación: Es una situación patológica grave del anciano. Es común la poca apetencia por el líquido, elemento por disminución del reflejo de la sed, por lo que la vigilancia debe ser permanente.

Tomado de: Patologias nutricionales de mayor prevalencia en ancianos. www.compendiodenfermeria.com/patologias-nutricionales-de-mayor-prevalencia-en-ancianos/

La terapia acuática integral y sus beneficios: el Método Sakengua

¿Qué es Sakengua?

Es un Método de Terapia Acuática Integral, tendiente a reestablecer el equilibrio físico-mental y emocional. En esta terapia se aprovechan los beneficios y las propiedades que tiene el agua caliente, ofreciendo efectos positivos tanto físicos como psíquicos.
A través de este método, la persona tiene la posibilidad de realizar una gran variabilidad de ejercicios acuáticos funcionales tanto en forma autónoma como asistidos por el terapeuta, estableciendo y manteniendo de esta manera la integridad morfológica normal del cuerpo. La fuerza de flotación es una de las propiedades físicas por la que se vale esta terapia; el cuerpo en el agua es mucho más liviano debido a que la fuerza de gravedad es cero, permitiendo así una gran liberación corporal y una mayor amplitud de los movimientos, sin producir dolor, calambres, contracturas o micro traumatismos óseos.
Las técnicas Sakengua permiten además que el cuerpo en el agua pueda adoptar diferentes posiciones ya sea con la sujeción del terapeuta, que es el punto de referencia para movilizar a la persona, o asistido por flotadores especiales, lo que permite poder realizar un trabajo corporal sin riesgos. Para ello se utilizan diferentes técnicas de descompresión, elongación, acupresión, masajes, relajación y también distintos tipos de movimientos de grupos musculares, permitiendo además actuar alrededor de todos los ejes de aquellas articulaciones con problemas. Todo esto es realizado con suma precisión, en forma progresiva y sin causar dolor, para restablecer el libre flujo energético.
Esta terapia también ofrece una alternativa diferente en los distintos problemas de la columna vertebral, con técnicas que no se realizan en forma agresiva, sino suavemente y en forma progresiva, puesto que en el agua se puede movilizar la columna y articulaciones de una manera mucho más fácil y placentera que si lo realizáramos fuera de este medio.
Las alteraciones de la columna vertebral son muchas veces la causa física de innumerables enfermedades que se originan debido a una disfunción del arco reflejo, teniendo repercusiones sobre las raíces nerviosas que controlan diferentes órganos y tejidos.
Con la terapia acuática Sakengua, el cerebro se relaja y pasa de las ondas rápidas de actividad mental conocidas como Beta, a las ondas Alfa más lentas; este cambio de estado es sumamente beneficioso para nuestro organismo ya que elimina ciertas sustancias tóxicas de nuestro cerebro relacionadas con el estrés y la ansiedad, la cual nos conducen muchas veces a enfermedades.
Unos de los objetivos de esta terapia es también llevar a la persona a una relajación muscular para disminuir la estimulación cerebral superior y consciente, cortical, produciendo un estado de bienestar y calma, ya que un aumento de la tensión muscular produce un aumento de tensión cerebral y al contrario una disminución de la tensión muscular conlleva a una disminución de la tensión psicológica.
A muchas personas les resulta difícil poder llegar a un estado de relajación profunda, pero con Sakengua, este estado se logra sin la necesidad de realizar ningún esfuerzo o entrenamiento previo. Es como entrar a un estado meditativo, conectando a nuestro cuerpo-mente, yendo directamente a la raíz de la respuesta al estrés, dejando fluir libremente las emociones, sin resistencia alguna.
A través del Método Sakengua, el cuerpo no tiene que luchar contra la fuerza de gravedad y los músculos se podrán relajar mucho más que en otras circunstancias, disminuyendo así las tensiones. El funcionamiento cardíaco trabaja con menos esfuerzo y el pulso como la tensión arterial disminuyen, se logra así una profunda relajación y una mejor irrigación cerebral debido a la liberación de la gravedad. Hoy en día se sabe que toda sensación, ya sea auditiva, visual o táctil, desencadena una corriente bio-eléctrica o corriente de acción, que sube a lo largo de los nervios hasta el centro sensorial cerebral correspondiente. Se produce así una modificación de la actividad eléctrica espontánea, que existe en el cerebro en reposo a causa de la llegada de otra corriente eléctrica que viene de los sentidos.
Sakengua en el adulto mayor
En el adulto mayor se da una serie de cambios que inciden en la estructura anatómica - fisiológica, como también en el aspecto psicológico-social. Los huesos se vuelven más frágiles, las articulaciones se degeneran, hay una mayor rigidez de tendones y ligamentos, una atrofia de los discos intervertebrales, una disminución de la masa muscular, como así también se originan ciertas modificaciones sensoriales, respiratorias y neuropsicológicas, disminuyendo de esta manera también la autoestima e imagen corporal. Al llegar a la vejez se tiende a adoptar estilos de vida cada vez más sedentarios y pasivos y el movimiento en el adulto mayor es el único medio para contrarrestar a veces ese envejecimiento prematuro que se da como producto de una menor actividad física y un círculo vicioso que se establece entre el dolor y el sedentarismo. Por este motivo el movimiento en esta etapa es de capital importancia para la prevención de ciertas enfermedades ligadas a la vejez.
El Método Sakengua propone en esta etapa un trabajo acuático tendiente a mantener la mayor autonomía dentro de las posibilidades de la persona y a estimular las cualidades físicas posible de ser desarrolladas. Esta terapia ofrece una contención en el desarrollo de la misma, en donde la persona experimenta desde las primeras sesiones una sensación de bienestar, posibilitando además realizar una gran variabilidad de movimientos que solo en el agua son capaces de ejecutar. Sakengua, es la alternativa acuática ideal para todas estas personas que necesitan de una actividad física no agresiva y que pueda generar cambios importantes para lograr una vida más autónoma y de mejores relaciones sociales.

Tomado de:
www.efdeportes.com/efd81/sakengua.htm

Actividades acuáticas para Tercera Edad



Si el hombre, en todo su proceso evolutivo, utiliza el movimiento como forma básica para la realización de todos sus que haceres, para jugar, para comunicarse con los demás, para expresar su estado de ánimo, sus emociones y sentimientos, en definitiva, para vivir, puesto que el movimiento existe ya en la vida intrauterina y desde el mismo momento del nacimiento forma parte de su más íntima realidad, ¿por qué en la vejez el movimiento va a perder este papel predominante, e importantísimo, para que el anciano mantenga el equilibrio bio-psicológico que le permita gozar una vejez plena al mantenerse autónomo, activo y creativo?. La calidad de vida de las personas ancianas está relacionada con las posibilidades de realizar, de manera independiente, las actividades de la vida diaria que su medio social y cultural les atribuye. De manera que cuando estas funciones o capacidades se ven comprometidas, es necesaria la institucionalización total o parcial de la persona. Todas las actividades de la vida diaria requieren del uso preciso del cuerpo y el movimiento porque en ella está siempre implicada la actividad física. Favorecer la buena coordinación psicomotriz, el equilibrio, una buena actitud postural, la resistencia al esfuerzo, la fuerza, la flexibilidad, etc. ayudará a que la persona anciana se sienta seguro y capaz de desempeñar las funciones de la vida diaria, a que se mantenga independiente y autónomo. Todo ello hace a una mejor salud y calidad de vida y un mayor bienestar. El medio acuático, por sus especiales características, permitirá desarrollar programas acordes con las necesidades de las personas mayores, adecuadas a sus reales posibilidades siempre en un clima que producirá momentos de distensión, alegría y bienestar.
Tomado de:
Programa de actividades acuáticas
para la salud.www.efdeportes.com/efd45/acuat.htm

SITUACIÓN EPIDEMIOLÓGICA Y DEMOGRÁFICA DEL ADULTO MAYOR EN LA ÚLTIMA DÉCADA



Se consideran adultos mayores a los de más de 60 años para los que viven en los países en vías de desarrollo y de 65 años a los que viven en países desarrollados( acuerdo en Kiev, 1979,OMS). En 1994 la OPS ajustó la edad Los países desarrollados continuaron su transición de la mortalidad y de la fecundidad, envejeciendo aun más su población. Los países en desarrollo aceleran su transición de mortalidad y principia lentamente la fecundidad, rejuveneciendo su población hasta 1970 de este año hasta el fin del siglo continúa la transición de la mortalidad y se intensifica la baja de la fecundidad, iniciando un proceso de envejecimiento. Los países con bajo desarrollo tienen condiciones muy diferentes: a partir de 1950 se observa el comienzo de su transición de la mortalidad con notable velocidad en los últimos 30 años del siglo. Su alta fecundidad permanece constante y hasta el 2000 empieza a rejuvenecimiento de 65 y mas para considerarlo adulto mayor.
Las principales causas de morbilidad en mayores de 65 años en la actualidad son las afecciones cardiovasculares, las complicaciones de la diabetes, los traumatismos ( en particular las fracturas), la enfermedad cerebro-vascular y las neumonías2. Poco se conoce la participación de las afecciones como las alteraciones de la nutrición ( en particular de la obesidad), la demencia y la depresión, por carecer de un adecuado registro. Sabemos sin embargo, que no menos de 2 millones de mexicanos adultos mayores en el presente3 sufren un estado de dependencia funcional y que afecciones como la demencia son al menos igualmente prevalentes en nuestro país que en otros más avanzados en la transición epidemiológica.
Las primeras cinco causas de muerte de mayor a menor importancia en 1999 fueron: diabetes, infarto, enfermedades pulmonares, insuficiencia cardiaca y neumonía. Éstas representaban el 34.8% del total de muertes de 65 años y más. Es importante señalar que en 1990 el infarto ocupaba el primer lugar y la diabetes el segundo, cambiando el orden casi 10 años después.2
De acuerdo con un análisis, el costo de los servicios de salud por el IMSS a los adultos mayores constituyó 19.4% del ingreso total del Instituto y del 26% de sus gastos en 1997.5
Por ejemplo de las dos enfermedades crónicas prioritarias en el IMSS: la diabetes y la hipertensión arterial, representaron un número total de casos atendidos en personas de edad de 280 mil en 1996 y de 670 mil en el 2000. Se anticipa un incremento de casos de 1.1millones en el 2010 y de 1.5millones en el 2020.
Tomado de:
Situación epidemiológica y demográfica del adulto mayor en las últimas décadas. www.respyn.uanl.mx/.../ee.../01-precongreso.htm