lunes, 19 de abril de 2010

Afecciones reumatológicas en el adulto mayor




El adulto mayor puede sufrir problemas músculoesqueléticos, ya sea porque es portador de una enfermedad crónica iniciada muchos años antes, o por verse afectado por algunos de los problemas reumatológicos que son más frecuentes a esta edad.

Dentro de las enfermedades reumatológicas crónicas que pueden afectar al adulto mayor, son de mayor importancia la Osteoartritis o Artrosis (OA), los reumatismos de partes blandas, el dolor del eje axial (especialmente lumbago), la Artritis Reumatoide, las Artropatías por Cristales, el Lupus Eritematoso Sistémico, el Síndrome de Sjögren y las Pelviespondilopatías.

Otras patologías que suelen aparecer con mayor frecuencia en este grupo de edad son la Polimialgia Reumática (PMR), la Arteritis de Células Gigantes (ACG) y la artropatía por cristales de pirofosfato de calcio. A continuación se discuten algunos aspectos distintivos en el adulto mayor de algunas de estas patologías.

El dolor es el síntoma más prominente en quienes tienen padecimientos músculoesqueléticos, siendo el determinante principal de discapacidad. Los problemas de este tipo van aumentando con la edad y en los adultos mayores son la principal causa de discapacidad, afectando su funcionamiento social y su salud mental, determinando un importante deterioro de la calidad de vida.

Osteoartritis (OA)
Es sin duda la enfermedad articular más común, y si bien es particularmente frecuente en los adultos mayores, hay claras diferencias entre lo que es envejecimiento y enfermedad. En la figura 3 se observan manos y pies de pacientes afectados por esta enfermedad.
La incidencia, en general, es mayor en las mujeres que en los hombres. En ellas, la máxima incidencia se produce entre los 65 y 74 años de edad, siendo aproximadamente de 13,5 casos por 1.000 personas/año. En los hombres, la máxima incidencia está en los mayores de 75 años, y es de alrededor de 9 casos por 100/año.

La prevalencia aumenta en forma constante con la edad. Se estima que a nivel mundial 9,6% de los hombres y 18% de las mujeres mayores de 60 años tienen OA sintomática, y por otro lado, estudios radiológicos en población mayor de 45 años han detectado una prevalencia de OA de rodillas de 14,1% en hombres y de 22% en mujeres.
La OA de rodillas es 1,7 veces más común en mujeres que en hombres, sobre los 70 años. La razón de esto no está bien aclarada, pero tal vez haya una disminución de estrógenos. La debilidad del cuadríceps no sólo se asocia, sino que es un factor predictor en la OA. La laxitud articular, así como factores miogénicos y neurogénicos, pueden ser importantes en la patogenia.
Osteoporosis
La osteoporosis se caracteriza por una disminución de la densidad de masa ósea y un deterioro en la microarquitectura del tejido óseo, que determina una mayor fragilidad y una tendencia a las fracturas. La osteoporosis clínica se reconoce por fracturas frente a traumas menores, especialmente en cadera, vértebra y muñeca.

Esta enfermedad predomina en los adultos mayores, de modo que el riesgo de fractura aumenta considerablemente con la edad. Así, se ha determinado que el riesgo de fractura a 10 años aumenta de 9,8% en las mujeres de 50 años hasta 21,7% en las mayores de 80 años.
Las fracturas vertebrales son la manifestación más frecuente de la osteoporosis. Las mujeres que han tenido una fractura vertebral tienen un riesgo 5 veces mayor de volver a tener una nueva fractura dentro de 1 año. Por otro lado, la causa más frecuente de pérdida de la ambulación en el adulto mayor son las fracturas de cadera, que van aumentando en número y como causa de hospitalización en forma exponencial en relación con la edad.

Los factores intrínsecos más importantes son el deterioro general asociado con la edad, los problemas de balance, marcha y movilidad en general, el deterioro visual, la depresión o alteraciones cognitivas y los bloqueos transitorios; entre los factores extrínsecos están los riesgos personales y el uso de múltiples fármacos, y entre los factores ambientales están los riesgos intradomiciliarios (mala iluminación, áreas de circulación libres, etc.) y los riesgos fuera de casa.

Reumatismos de partes blandas
Este tipo de padecimientos, al igual que en la población general, es altamente frecuente en los adultos mayores. El dolor del eje axial en sus distintos segmentos, las tendinitis y las bursitis de diferentes localizaciones, así como la periartritis de hombro y la fibromialgia, son problemas habituales.

La mayoría de las veces el dolor del eje axial es secundario a patología mecánica, pero en este grupo de edad son más frecuentes las fracturas vertebrales osteoporóticas, el mieloma múltiple o las metástasis óseas. La fibromialgia, por ejemplo, va aumentando con la edad, y se han reportado prevalencias de 2% entre los 30-39 años de edad, 5,6% entre los 50-59 años y 7,4% ente los 70-79 años de edad (8).

La enfermedad de Dupuytren también es particularmente frecuente en los adultos mayores. Descrita por Guillaume Dupuytren en un Lancet de 1834, en Islandia, 19% de los hombres y 4% de las mujeres entre 46 y 74 años la padecen (9). Esta condición es más prevalente con la edad; en el mismo estudio, 40% de los hombres entre 70 y 74 años tenía Dupuytren.

Artritis Reumatoide
La Artritis Reumatoide (AR) es una de las enfermedades articulares inflamatorias más frecuentes. Se le estima una prevalencia de entre 0,3 a 1% de la población general en los países industrializados, mientras que en los países en desarrollo está más cerca de 0,3%. Si se consideran grupos de edades, la prevalencia es mayor entre los ancianos (10).

La mayor incidencia (aparición de casos nuevos) se produce entre los 30 y 50 años, pero aproximadamente un tercio de los pacientes debuta con su enfermedad después de los 60 años. Cada vez es más frecuente el comienzo tardío de la AR y varios estudios recientes muestran un pico de incidencia entre los 55 y 60 años de edad.

La AR que aparece en la población más joven tiene una relación mujeres/hombres de 3/1, mientras que la AR en los mayores de 60 años afecta por igual a hombres y mujeres, esto es, 1:1.
El impacto social y sicológico de la AR se explica porque:
• Los pacientes tienen discapacidad moderada dentro de 2 años del diagnóstico y discapacidad severa a los 10 años.
• Aproximadamente 30% de los pacientes son incapaces de trabajar dentro de 10 años del inicio de la AR.
• Tienen crecientes sentimientos de desamparo y estrés psicológico, por su progresiva dependencia de otros.
• Pueden ser incapaces de ejecutar roles sociales.
• En cuanto a los costos, en 80% de los pacientes son similares a tener una cardiopatía coronaria y en 50% de ellos puede ser tan costosa como ciertas formas de cáncer.
• Por otro lado, los pacientes con AR tienen una mortalidad mayor que la población general y se estima que los hombres pierden 4 años de vida y las mujeres, 10.

Lupus eritematoso sistémico
Si bien el Lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad más frecuente entre las mujeres durante su vida fértil, también puede comenzar después de los 60 años; así, 4 a 20% de los LES aparecen en los adultos mayores, y a diferencia de lo que ocurre entre las personas jóvenes, donde la relación mujer:hombre es de 5 a 8:1, en el adulto mayor es de 2:1.

Esta enfermedad puede producir múltiples y variadas manifestaciones. Aunque el rash dérmico y las artralgias y artritis siguen siendo de las características más comunes, en este grupo de personas mayores son más frecuentes las neumonitis intersticiales, las serositis, las hematocitopenias, las miositis y las neuropatías periféricas.

Diagnóstico:
Se basa en las manifestaciones clínicas, a lo que pueden sumarse alteraciones del laboratorio general (anemia, leucopenia y linfopenia, trombocitopenia, y a veces alteraciones de la función renal), además de la presencia de marcadores inmunológicos.


Polimialgia reumática
La Polimialgia Reumática (PMR) y la arteritis de células gigantes (ACG) son dos cuadros interrelacionados, que están entre las enfermedades inflamatorias crónicas que más frecuentemente afectan a los ancianos.

La PMR se caracteriza por dolor y rigidez matinal que afecta al cuello y a la cintura escapular y pélvica; habitualmente se asocia a velocidad de eritrosedimentación (VHS) elevada y se acompaña de síntomas constitucionales, como decaimiento y fatiga. Como todas estas manifestaciones pueden también asociarse a enfermedades neoplásicas o enfermedades inflamatorias (AR, infección crónica, polimiositis), la presencia de cualquiera de ellas excluye el diagnóstico de PMR.

El 90% de los casos de PMR ocurren en mayores de 60 años y a lo menos dos tercios son mujeres. Generalmente los síntomas han estado presentes por lo menos 1 mes antes del diagnóstico correcto. Además, es frecuente encontrar anemia normocítica y normocrómica.

Arteritis de células gigantes
La arteritis de células gigantes (ACG) es una vasculitis que compromete la aorta y sus ramas proximales y corresponde a una de las formas más frecuentes de vasculitis. Casi siempre afecta a personas mayores de 50 años, donde la incidencia en hombres se ha estimado en 12,5/100.000 y en mujeres, 29,8/100.000 (sólo casos demostrados por biopsia) (15).

Síntomas:
• Cefalea.
• síntomas de PMR.
• Fiebre.
• Síntomas visuales con pérdida de la visión.
• Fatiga.
• Mialgias.
• Sensibilidad de la arteria temporal.
• Anorexia.
• Baja de peso.
• Claudicación mandibular.

Diagnóstico:
Requiere una adecuada interpretación de los síntomas y un alto grado de sospecha. El diagnóstico es eminentemente clínico, pero la confirmación está dada por la biopsia de la arteria temporal, demostrando vasculitis.

Tomado de :
Medwave, Edición Septiembre 2004. Obtenida el 13 de abril de 2010 de http://www.mednet.cl/link.cgi/Medwave/Cursos/Reumatologia2004/1/3228

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